¿Cómo ha evolucionado el papel del farmacéutico? ¿Hacia dónde se dirige la farmacia como espacio de salud? A pie de calle, en contacto directo con los profesionales del sector, buscamos respuestas a éstas y otras preguntas clave.

Javier Santoyo es ya todo un veterano en la profesión. Aún recuerda cómo pasaba los veranos ayudando en la botica de su padre situada primero en Nerpio, y después en Alumbres“Viví hasta los 8 años en una vivienda anexa a la farmacia de la que actualmente soy titular. Después de terminar la carrera hice la especialidad de análisis clínicos y estuve trabajando en dos farmacias antes de incorporarme como adjunto a la de mi padre. De una forma u otra llevo 38 años ligado a la oficina de farmacia”.

Sin duda, un relato apasionante que escuchamos con atención. “Lo que más me satisface de mi profesión es la relación de confianza con los pacientes, sin embargo, echo en falta una mayor relación con los compañeros”, nos confiesa desde su botica en Alumbres, en la entrada del Valle de Escombreras“Estamos en un barrio obrero con una población bastante envejecida donde la labor de seguimiento farmacológico de los pacientes es primordial”.

La crisis ha afectado con especial virulencia al mundo rural“El ajuste sufrido ha sido muy duro con caídas acumuladas de facturación de hasta el 30%, aún más en farmacias como la que yo regento donde el peso de venta con cargo al SNS es muy alto”. No obstante, el futuro es esperanzador: “factores como el aumento de la esperanza de vida de la población, la cronificación de enfermedades, la mayor concienciación en la prevención o el autocuidado hacen que cada día los clientes requieran más de nuestra actuación”.

Otro gran reto es la incorporación de las nuevas tecnologías, por ejemplo, con el impacto de la venta online de productos farmacéuticos. “En algunas ocasiones la farmacia se ha mercantilizado en exceso y se olvida de que, por encima de todo, somos farmacéuticos con una importante labor asistencial en la sociedad”, subraya Javier como parte del cometido de la Comisión de Deontología del COF de Murcia. Sin embargo, la innovación tecnológica también ha tenido sus ventajas. “La informatización ha servido para eliminar los interminables pedidos vía telefónica o mediante albaranes. Eran tiempos en los que a la farmacia se acudía por necesidad para tratar una enfermedad, hoy cada vez más somos espacios de salud”.

Pero ¿cómo conseguir fidelizar al cliente“No podemos fidelizar bajando los precios, por el contrario, debemos aportar un valor a lo que ofrecemos. Un cliente satisfecho es un cliente fidelizado”. Y, por supuesto, a través de un trato personalizado. “En nuestra farmacia hemos puesto en marcha el seguimiento farmacológico de pacientes polimedicados, y la distribución de pastilleros semanales con protocolos y hojas de medicación para mejorar el cumplimiento y evitar errores en la administración de los fármacos. Además, enviamos vía whatsapp la tabla y gráfica de peso de los bebés”.

A ello hay que añadir los servicios profesionales que “son un valor añadido a la principal labor de la farmacia que es la custodia y dispensación de medicamentos”. Estos servicios consumen muchos recursos humanos por lo que solamente son factibles si están remunerados. En cuanto a los recortes “el copago ha ayudado a la contención del gasto, pero también ha dificultado el acceso de algunos pensionistas a determinados fármacos. Se deberían articular mecanismos para que las personas vulnerables no padezcan esa limitación”. En definitiva, una farmacia más fortalecida orientada a lo asistencial“sólo así seremos capaces de instaurarnos como centro de salud de referencia para el paciente”.

Entrevista tomada de IM Farmacias (https://www.imfarmacias.es/noticia/18467/por-encima-de-todo-somos-farmaceuticos-con-una-importante-labor-asi)